Que se escuchen armoniosas nuestras voces pues buscamos la excelencia en la misión para dar a la niñez una esperanza, para dar a la niñez educación.
No olvidemos que en su juego hay enseñanza y en su espacio la inocencia y la bondad cada niño que reciba una sonrisa es un sueño que se vuelve realidad.
En la mente llevaremos con firmeza los principios de esta noble intervención en las manos la ternura y la tibieza, y en el alma la sublime vocación.
Caminemos dignamente normalistas por la senda del estudio y de la acción y portemos con orgullo nuestro escudo como símbolo de nuestra profesión.
Que se escuchen armoniosas nuestras voces pues buscamos la excelencia en la misión para dar a la niñez una esperanza para dar a la niñez educación, para dar a la niñez una esperanza para dar a la niñez educación.
Prof. William Miguel González Pérez (letra)
Profa. Alejandra del Socorro Ramírez Cárdenas (voz y musicalización)
SINOPSIS
Este HIMNO NORMALISTA se crea con el propósito de resaltar la importancia y la trascendencia de una de las más dignas y nobles de las profesiones: la de Educadores y Educadoras.
En su composición se resalta el orgullo de ser parte de la misma, la misión que la enaltece, los principios que la sustentan y rasgos que deben caracterizar al profesional que desee asumirla como una carrera de vida: Primero, la bondad para atender, con un sentido responsable y humano, a los niños y niñas en edad preescolar, y segundo, el espíritu vocacional para enfrentar los retos que implica la intervención educativa en este nivel inicial.
Entonarlo, es una invitación al fortalecimiento de la identidad profesional y ética, y del sentido de pertenencia de los estudiantes en formación o egresados, hacia la escuela que contribuyó con su preparación profesional docente.